Mejor Nivel de Vida

1 Samuel 9:1-6

Existen tres niveles de vida en el cual se encuentra cada ser humano – el nivel mediocre, el nivel común y el nivel de vida de reino.

El nivel de vida mediocre: Las personas que se encuentran en tal nivel son las que nunca tienen nada y nunca logran nada. Tales personas siempre son pobres en todos los sentidos; nacen pobres, viven pobres y mueren pobres - pasan en la vida desapercibidos siendo invisibles para los demás. Si te encuentras en este nivel de vida, ¡se te llegó la hora de cambiar de nivel!

El nivel de vida común: La persona en este nivel está en una posición un poco mayor que el mediocre pero se queda allí, no llega más lejos - tiene un espíritu conformista como en el caso del rey Saúl quien no había llegado a otro nivel y se conformó a vivir una vida común. También tenía un problema de baja autoestima el cual le impedía subir de nivel. El que vive en este nivel deja pasar las oportunidades que le llegan.

Jesús vino a sacar a la gente del montón o sea, del nivel común. Todos Los que hemos recibido a Jesús tenemos la oportunidad de subir de nivel de vida.

El nivel de vida de Reino: Tal persona vive la vida de forma extraordinaria porque conoce a Dios - tienen mente de Rey. La palabra de Dios dice “cosas que ojo no vio ni oído oyó (1corintios 2:9)” son las que tiene preparadas para sus hijos. Cuando empecemos a vivir en este nivel nos vamos a quedar sorprendidos con lo que Dios tiene para nosotros.

¿Cómo se vive una vida de Reino?

Alguien en una vida común sólo vive buscando asnas. Las asnas es todo lo que te ayuda a llevar la carga- las cosas en las cuales tú confías (familia, trabajo etc.) A veces Dios permite que esas “asnas” se pierdan para mostrarte que no son más importantes que Él.

Para vivir una vida al nivel de reino debemos permitir primero que Dios nos rebele lo que hay en nuestro corazón. Debemos permitir que Dios saque todo lo malo para que ponga todo lo de realeza en nosotros y así podamos recibir revelación del destino a través de una palabra profética. Mientras Saúl buscaba asnas, Dios lo buscaba para Rey, de igual manera cuando nosotros buscamos las cosas terrenales, Dios nos está buscando para que vivamos una vida de reino.