El altar atrae la presencia de Dios; donde hay altar hay presencia de Él. Abraham edificó cuatro clases de altares a Dios.
El primer altar que levantó Abraham fue “el altar de los primeros encuentros” (Génesis 12:6). Lo levantó en Siquem-Moré. Siquem significa “carga sobre la espalda” y Moré, “lluvia temprana. Tal altar representaba la lluvia temprana de su primer encuentro con Dios.
Para edificar un altar no es necesario estar en un lugar específico ni tener materiales difíciles de encontrar. El fundamento de los altares debía de ser de tierra - muestra lo accesible de tal fundamento. Luego tenía que poner piedras en su estado natural - no se necesita un título para poder hacer un altar; puedes hacerlo tal como tú estés. También necesitas leña – las ganas o el deseo de hacerlo. Dos cosas más que se necesitan son fuego- debemos atizar el fuego con el Espíritu Santo, y ofrenda – sacrificio para Dios.
Dios le proveyó todo lo necesario a Abraham para edificar el altar de su primer encuentro con Él. Tú puedes hacer lo mismo. Edifica un altar para tener tu primer encuentro con tu Dios.